Hierba es una novela gráfica que llegó a mis manos a través de Sira, la mujer que mejor entiende mis gustos en cuanto a lecturas recomendadas. En este caso, su comentario sobre Hierba de Keum Suk Gendry-Kim fue: “Es de estas historias que te da una bofetada” y, la verdad, no se equivocaba. Es una historia real de una mujer coreana, vendida en diferentes ocasiones y esclavizada hasta que llegó la ocupación japonesa y en 1942 fue trasladada a la fuerza a una base aérea China. Es un libro publicado en español por Reservoir Books, del grupo editorial Penguin Random House.
Hay algo que nunca falta en mis rutinas. Leer. A veces es información, otras es un libro de no ficción, otras de ficción. Generalmente, son novelas gráficas. Las novelas gráficas combinan precisamente dos de mis artes favoritos: la escritura y la ilustración.
Encuadernación
Empiezo por lo evidente, su portada. Me encantó la simplicidad y el minimalismo del blanco y negro, que anticipa lo que se encuentra dentro. Me gustó la imagen de la protagonista niña, a la derecha en contrapunto con la de la protagonista anciana en la contraportada situada a la izquierda. Además de eso, la textura del papel escogido es muy apropiado, en mi opinión. Siendo simple, lo hace diferente. Minimalista, pero con mensaje. Todo suma, pero sin restar espacio mental.
La encuadernación está cuidada, las páginas son finas pero lo suficientemente gruesas como para que sólo se note ligeramente el ghosting entre una y otra. La portada es blanca y con textura, mientras que el interior está compuesto de hojas de color marfil. Al tratarse de un cómic en blanco y negro contrastado, me parece un punto a comentar como buena freak de todos los materiales de papelería que soy.
Técnica
Al abrir Hierba, una de las cosas que más me atrajo fue el uso de la tinta. Tanto en mancha como en línea, la autora utiliza una técnica que puede parecer sencilla por cómo se expresa, pero eso lo hace complicado. Menos es más, de nuevo minimalismo y manchas. Unas manchas que parecen un poco abstractas en ocasiones, que representan perfectamente lo que quieren expresar y dan realismo a la obra, sin cargarla. Aportan dulzura y dureza en balance con el trazo. Lo mismo hace con su historia, balancea lo crudo y duro de sus temas con la dulzura al contarlos.
Historia
Hierba es una perspectiva femenina de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto mundialmente conocido, pero una realidad particular que para muchos es desconocida. El punto de vista de una mujer es poco común en las historias bélicas. En este caso, se trata de la historia de una coreana obligada a prostituirse, no por dinero, sino por evitar la muerte. De forma gratuita, expuesta al hambre, las enfermedades venéreas y a otras muchas cosas. Cosas por las que, aún seguimos luchando en muchos lugares y sólo nos recuerda que el camino puede ser difícil, sino que debemos persistir por buscar la libertad para no olvidar y agradecer el trabajo que otras han hecho para dar voz a gente como Lee Ok-Sun, la protagonista.
La manera de representar a las “mujeres de consuelo” (eufemismo que usaba el ejército imperial japonés a las esclavas sexuales) está cargada de angustia e inseguridades, miedo y resignación. Emocionalmente cargada, Hierba pretende acercar la realidad de estas personas que no tenían escapatoria ni siquiera dentro de sí mismas. Narra cómo a veces los soldados simplemente elegían la que querían sin verla, a través de la puerta cerrada, y entraban sin más en sus habitaciones para violarlas. Es necesario saber que no permanecían en esos espacios de forma voluntaria, si no que habían sido vendidas, o regaladas “en adopción” como era el caso de Lee Ok-Sun con la esperanza de tener una vida mejor lejos de su familia, que ya no podía alimentarla ni darle una educación.
Al principio de la historia la protagonista prefiere dejar a su familia por el simple hecho de estudiar. Esto puso en perspectiva desde el comienzo lo diferente que la realidad de Lee Ok-Sun era de la mía. Algo que yo llevo dando por hecho desde que nací, pero que a la vez es imprescindible en mi vida. Algo que ahora mismo se considera obligatorio, no lo es y en ocasiones ni siquiera es una opción. Aunque sea algo de lo que soy consciente, verlo representado siempre te hace reflexionar sobre el tema. Te hace pensar. Eso es algo que valoro en el arte, que me haga pensar.
Detalles
Otro tema que me marcó especialmente, fue la insistencia de la protagonista por no cambiarse el nombre. Tratan de ponerle un nombre japonés, Tomiko, pero ella no renuncia nunca a su identidad. De hecho en una viñeta se pregunta por qué le pegan por decirle a un policía Japonés de donde viene.
“Pero ¿Qué he hecho? Si sólo le he dicho mi dirección…
Su frase expresa la impotencia y la irracionalidad de la guerra y la autoridad. Siempre pagan las consecuencias los ciudadanos inocentes que no tienen ningún prejuicio hacia la patria contraria, o aunque lo tengan, no tienen voluntad de destrozar sus vidas. Lee Ok-Sun sabe que decir su procedencia no le va a ayudar y sólo le traerá problemas, pero reflexiona sobre cómo es absurdo que por mucho que le peguen, eso no va a cambiar la realidad.
“Podéis pegarme todo lo que queráis. No cambiará de dónde soy. Del barrio Bosujeong de Busan”.
La autora ha decidido incluir su propia historia en relación a las entrevistas con la protagonista y esto le da un matiz de autobiografía dentro de la autobiografía. Ese punto me parece interesante y original.
Cuatro cosas random que me gustaron mucho:
- La nariz en triángulo de la protagonista.
- El hecho de que haya elegido contar su punto de vista autobiográfico y no sólo el de Lee Ok-Sun, le da profundidad a la historia y deja ver la humanidad detrás de la creadora, que trata de desvincularse de la protagonista, pero no puede ante semejante crudeza y golpe de realidad.
- El dibujo de ella con su hermana en el primer cápitulo, es, simplemente, adorable.
- Los temas que trata y de la forma en que los trata. Lo hace de una forma cruda y real, pero sin añadirle emoción. A veces me parecía como si estuviese disociándome de mí misma viviendo una realidad que no era la mía. En este caso era así, pero me parece que consigue exactamente lo que busca, ya que esta es una de las características más marcadas del Estrés Post Traumático. Lo que hace que, cuando lo interiorizas, cae a plomo sobre tus hombros y es más difícil de digerir.
Conclusión
En resumen, Hierba me ha parecido un trabajo muy interesante. No sólo por el dibujo, sino por la historia y la forma de contarla. El choque cultural y muchos de los datos que desconocía no han hecho más que integrarme en la historia desde el punto de vista de una persona ignorante de muchas realidades que existen. Esta obra me ha recordado en numerosas ocasiones lo relativo de una Historia única y universal. Hay tantas Historias como seres. Me ha encantado que se le haya dado voz a una persona que tenía tanto que contar, alguien a quien debería ser imprescindible escuchar con atención para poder sanar el pasado.
Enlaces de interés
Información sobre Busan, en Corea del Sur
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